Cinexcusas - Reseñas, premieres y lo que se acumule!

miércoles, marzo 30, 2005

Ajustician a los patos


Eimbcke, Moko, Flama, Rita. Comienzan el despegue. © CICSA

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Finalmente, la juventud, originalidad y sencillez en la forma de narrar prácticamente a cuenta gotas, resultó en un reconocimiento apabullante.

Temporada de Patos, la ópera prima de Fernando Eimbcke, ganadora hace un año en la Muestra de Cine de Guadalajara y cuyo arriesgado estreno comercial ocurrió a finales de 2004, se alzó anoche con 11 premios Ariel, que otorga la Academia Mexicana de Ciencias y Artes Cinematográficas en la que fuera una atrabancada ceremonia por la ausencia de alfombra roja afuera del palacio de Bellas Artes, provocando tumultos, empujones y hasta actos vandálicos por parte de seudoaficionados de Chivas y América (?) que nada, absolutamente nada, tenían que hacer.
La noticia me encanta, del mismo modo como ocurriera con la cinta que anduve promoviendo abiertamente por aquí y allá (la estampita mevalepito.com sigue pegada en mi carro). Es, insisto, un reconocimiento a la juventud y a la defensa de proyectos propios que se realizan prácticamente contra la marea. Mi último reporte del box offis, que data del 6 de marzo, señala que tras 20 semanas de exhibición, Temporada de Patos fue vista por 264 mil espectadores y había metido en taquilla apenas nueve millones 100 mil pesos. Lo que cualquier blockbuster logra en un fin de estreno, con creces…
Pero me quedo pensando en el caso de directores como Luis Mandoki y José Buil.
El primero, emigrado a Hollywood, ofreció con Voces Inocentes un gran regreso a su país, encendiendo voces de alerta sobre la pérdida de la infancia por dedicarla a fines bélicos, por todo el mundo. El segundo, con Manos Libres (aún sin estreno comercial), que forma parte de una trilogía iniciada con Perfume de Violetas, habrá de esperar primero, a que los cinéfilos conozcan su siguiente trabajo y, segundo, mejores tiempos para el reconocimiento.

Por otro lado, reflejo de la escasa producción cinematográfica que arroja poco material para competir entre sí, María Elena Velasco, Iván e Ivette Lipkies se alzaron con el Ariel al mejor guión adaptado por Huapango en mero trámite, pues no había más contendientes en la terna.
Finalmente, tras haber batallado por ver Adán y Eva (todavía), por lo menos se hizo justicia a los diseños de vestuario de Junior Paulino y Lourdes del Valle con un Ariel. El único para esta otra ópera prima de Iván Ávila.

La de anoche, fue la fiesta de los chavos, de la juventud. Ojalá con estos aires siga respirando el cine mexicano.

martes, marzo 29, 2005

Crackeado (una vez más)

Caray, hoy si fue el día redondo: por la mañana, la presentación a los medios de la XLV Muestra Internacional de Cine, en la Cineteca. Por la tarde, la función de Kinsey. En estos momentos, se desarrolla la entrega del Ariel... y cuando quería compartir con ustedes la información más reciente, descubro que todo mi material fotográfico publicado en www.flickr.com, ¡ya no existe! ¡que mi cuenta de usuario tampoco está dada de alta! y por tanto, todos mis links con imagenes, han sido cercenados de este sitio...
Como muchos, he sido víctima del crackeo de cuentas de correo electrónico y demás serviles passwords... Ahora, vuelvo a padecer del vandalismo informático pero en este sitio.
Pido a ustedes una disculpa por los problemas que esto pueda causar. En lo que resuelvo directamente en flickr qué es lo que pasó, soportaré la información gráfica en otro sitio.

Siempre estaré trabajando para hacer de este, el mejor blog mexicano sobre cine.

jueves, marzo 24, 2005

Franquicia macabrona


¡Adivinaste! ¡El fregado maniquí ya prepara su regreso! © Lions Gate Films
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Una amiga regia solía recomendarme: "pórtate mal, para que valoren cuando te portas bien" y creo que aplica igual cuando de películas se trata: se valora el churro en tanto hay una película que le precede -o sucede-, que es infinitamente mejor.
Era casi la media noche de miércoles y estaba a punto de salir del cine, tras haberme estresado un gran rato con Juego Macabro (Saw. Wan, 04), esa película que hasta promocionaron en autobuses estampados con la grata imagen de un pie mutilado (y de la cual yo leía "Salu" y no entendía qué diablos significaba...)

A sabiendas que iba a ver sangre, mucha, probablemente sin justificarse, fui a verla. Y tras haber escuchado que al final la historia "se caía" -como dice aquel "crítico" de televisión que suele darles "palomitas" y "taches" a las películas-, pagué seguramente por el morbo de saber de qué diablos se trataba. Y he de decir que si bien no es la mejor película de horror que he visto, por lo menos me atrapó, me entretuvo, logró pegarme al asiento -sin bostezar- y cumplió con el cometido de azorar. Por el otro lado, también hay unos huecos enormes en la historia, injustificados, que la hacen temblar... para quienes solemos fijarnos en el detalle. Para el público en general, ¿qué diablos importa? Ahí nos tuvo de todos modos con la carnicería enfrente.
Quien vio el trailer sabe de qué se trata: dos individuos, aparentemente no relacionados entre sí, son enclaustrados en una mazmorra por Jigsaw, un asesino-vengador-vouyerista, que disfruta de hacer pagar a los civiles por sus pecados. Encadenados de un pie, en un cierto plazo de tiempo deben tomar la justicia en sus manos y matarse entre si. Bueno, más uno que otro, el que tiene familia (misma que ha sido secuestrada) y una vida más elaborada.
Así, con pocas pistas al inicio de cómo llegaron ahí, aparecen los típicos agentes que persiguen al pillo, los tipos que éste se ha escabechado y los cómos y por qués en la elección de sus víctimas. ¿Alguna novedad más allá de lo que han hecho Se7en (Fincher, 95) , The bone collector (Noyce, 99), et-al?
Por si fuera poco, la cosa se presta para más, muuucho más. Este año se espera la secuela, titulada Saw 2, ¡wuhu!
Al salir de la sala sigo preguntándome si la violencia reflejada en una película como Saw es gratuita, si desencadena más, si de verdad es necesario atormentar al espectador de este modo, si continuarán habiendo más Columbines y Portlands en Estados Unidos o si en México el mata viejitos tiene en su haber una colección de VCDs piratas con títulos como este...

Veredicto: pues ya qué, si de violencia innecesaria se trata (en lo que llega Saw 2), el terreno está preparado y calientito para ver ahora el remake de La masacre de Texas (The
Texas chain saw massacre, 1974), basado en el legendario asesino de la sierra eléctrica conocido como Leatherface, que puso a temblar en 1973 a los tejanos. La nueva versión, basada en la obra de Tobe Hooper y Kim Henkel, corre a cargo del debutante en cine Marcus Nispel. Pronto la exclusiva en Cinexcusas.

miércoles, marzo 23, 2005

Adán y Eva andan sueltos


Si los ves pasearse por la Roma o la Condesa en v
erdadero look trendy ¡sí! ¡son ellos! © 13 lunas
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Y ahí están. Desterrados del paraíso, satisfechos tras haber comido del árbol de la ciencia. Inmortales, tras haber comido de otro fruto prohibido, del árbol de la vida. Y para colmo, viven en la Ciudad de México. Se trata de Adán y Eva (todavía), bajo la visión del cineasta Iván Ávila, su director, productor y guionista.
Ganadora del Mayahuel a la mejor ópera prima y fotografía en la Muestra de Cine Mexicano de Guadalajara el año pasado, y recientemente programada en el FICCO, da tristeza perseguir esta pequeña joya escondida en solo tres salas de la ciudad. Tres. Una en Altavista, otra en Mazaryk y más al centro, en Insurgentes.
Al igual que la compañía productora 13 Lunas, que desde 1992 ha producido 10 cortometrajes, incluyendo el que diera origen a Adán y Eva..., como estipula su creador, en la página de internet, nace de "una necesidad personal básica de filmar, en la que probablemente, sean las condiciones de producción más difíciles en la historia del cine nacional".
Y así, Adán y Eva... no es tan sencilla ni simple como pudiera imaginarse. Insertar estos dos bíblicos personajes requiere una concepción menos comercial de lo que cualquiera pensaría. El Condominio Insurgentes resulta su guarida. Prácticamente no comen (inmortales, ¡qué necesidad!) y lo que es mejor, guardan absoluto silencio. No se quejan como el resto de los terrestiales (los más, quienes vivimos en esta ciudad), parecen no tener ni una sola preocupación y la vida les es sí, una consecuencia de sus actos, pero también lo que a ellos les pega la gana.
¿Eva? (Diana Lein, en un look muy cercano al de Franka Potente en Corre Lola, corre), se prostituye. Espera clientes sentada en un café de chinos. ¿Adán? (Junior Paulino), también se dedica a la vida galante. Qué importa si es homo u heterosexual, hay que entrarle para sacar unos cuantos billetes. Él se dedica a confeccionar la vestimenta que portan (desde bolsas de detergente Roma prendados a la playera, camisas con varias solapas hasta blusitas floripondias muy trendy para su mujer), basada en recortitos de revistas que Eva se la pasa haciendo en el hogar (un verdadero cuchitril) o en cabello teñido con aerosol.
Si la simple idea de ubicar a Eva y Adán en tierra chilanga parce descabellada, esperen a ver cómo se desenvuelven no sólo aquí, sino en todo lugar al que llegan. La suya es una historia de soledad, de desencuentros, basada en encuentros carnales a conveniencia. Sin placer. Sin esquirlas. Sin arrepentimientos.
Y junto a una gran fuerza visual que, insisto, no emplea el diálogo para justificar la existencia de esta pareja en la tierra, Iván Ávila ofrece una visión contemporánea y alternativa al Génesis, para dar cuenta de la soledad en que nos encontramos, aún insertos en esta o cualquier gran urbe del planeta. Y sí, Adán y Eva, como Elvis o Pedro Infante, pueden no estar muertos. Y pueden estar en cualquier lado.

Veredicto: Junto con tres largometrajes más, Adán y Eva (todavía) representó a México en el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, celebrado a mediados de este mes y compite por siete premios Ariel, incluyendo mejor guión cinematográfico original, mejor ópera prima, fotografía, maquillaje y vestuario. Es de reconocer la capacidad creativa de su director, pero la poca confianza comercial que en la obra se deposita la convertirá en "cine invisible". No por ello, dejará de convertirse en una preciada joya de futuras referencias en cuanto esté por venir.

lunes, marzo 21, 2005

La Esperanza de Leopoldo Laborde


Qué bien guardadita se tenían la obra póstuma de Katy Jurado... © BuenaVista International
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Entre los "cineastas heróicos", aquellos que se encajan en la categoría de cine independiente radical, recuerdo al maestro Jorge Ayala Blanco hablar sobre Leopoldo Laborde. Mejor aún, por él conocí un instante de Utopía 7 (1995) cinta de ciencia ficción hecha con tres pesos, incluidos los OVNIs sobrevolando el deefe... pendiendo de visibles cuerdas. Jamás estrenada. Premiada en Barcelona y el Festival de Ciencia Ficción de esta urbe.
Rechazado de todas las escuelas de cine, Laborde ha sido un autodidacta desde su juventud. Angeluz, su ópera prima, fue realizada hace ocho años, en coproducción con Televisa. Un año más tarde se presenta en la Muestra de Cine Mexicano en Guadalajara y Artecinema la estrena en 2001, con una versión reducida de 140 a solo 90 minutos, por decisión de su Hugo Stieglitz productor y actor.
"Con esa película ya no tengo nada que ver, no es mi versión", concluía el cineasta en declaraciones a Reforma, según recopila José Antonio Valdés en su libro Óperas primas del cine mexicano, 1988-2000, editado por la Cineteca Nacional.
Con estos cuantos datos es como llego, ansioso, a ver Un Secreto de Esperanza (2002), décimo segundo proyecto de Laborde, cuyo estreno comercial ocurrió gracias a la distribución de BuevaVista International.

1. A Laborde le sobran huevos, para echárselos al desayuno mañanero, es una de mis tempraneras conclusiones. La mamá de Jorge (Imanol), un puberto de secundaria, deposita tres huevos en su licuado mañanero, para que "no le falten energías" durante el día. La historia inicia en un largo flashback no apercibido en tanto atrapa la historia de escuincles, cuyo personaje principal teme a la leyenda urbana que gira en torno a una casona supuestamente abandonada en la colonia Roma.
2. Es un total valemadrista, rebelde y persistente. Con mucho miedo, Jorge brinca la barda de la casona para recoger el balón de futbol que se le acaba de "volar". Adentro aparece la Esperanza del título (Katy Jurado, en su obra póstuma; espléndida y terrorífica), quien no resulta ni bruja ni maldita. Venciendo sus temores, resulta hacerse su amigo y le vale madres brincar una y otra vez la barda para visitarla... es un irrespetuoso con causa, pues le habla de "tú" y no le importa que sea unas cuantas décadas mayor de edad que él, a la vez que es capaz de recetarle una neta hiriente a su maestra, tras haberlo tachado públicamente de ignorante (sin importarle la consecuente expulsación temporal) y es igualmente respondoncito con su madre, a quien le agarra en la movida y le escupe que ya no se chupa el dedo...
3. Tiene total fe en sí mismo y predica con ella. Es auténtico. Al final, es una de las grandes lecciones sí de la historia, también de la carrera de un cineasta como Laborde. En el que pareciera un homenaje en vida a la gran Katy Jurado (trabajo por el que recibiera el Mayahuel a la mejor actriz en la Muestra de cine mexicano de Guadalajara, en 2003, un año después de su muerte) es a la vez una severa crítica a los reflectores que iluminan en demasía a las estrellas y a los pesados círculos de "pendejos" en los que éstas se envuelven. La vida es para construirse y no dejarse influir por los demás, pues de lo contrario, pierde sentido.
4. Una cinta disfrutable, sin grandes pretensiones ni artilugios grandilocuentes. La historia de los niños engancha, es plenamente identificable. La conexión posterior en el mundo de los "adultos" promueve la reflexión y redondea la trama. Finalmente, un estreno comercial en nuestro país que le sucede dos años después al premio de la audiencia en el Sarasota Film Festival que se celebra en Florida.
5. Es hora de conocer lo que un director como Leopoldo Laborde puede ofrecer.

jueves, marzo 10, 2005

Con más cabeza y corazón que los humanos


Son Robots, pero se la pasan mejor que nosotros... © 20th Century Fox Film
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Hojalatas derroidas y abolladas por el debate del tiempo, bebés robots que se ensamblan y cuando crecen deben reemplazar partes por las de otros de su “edad”, hojalatas que sueñan con “ser alguien” y que son capaces de luchar por hacer realidad sus sueños. Todo ello, en un marco de animación deslumbrante, preciosista y cuidada hasta el más mínimo detalle, es el telón de entrada de Robots, cinta de Chris Wedge (responsable de Ice Age) producida por los estudios Blue Sky.
El sueño y la inventiva de cualquier chiquillo fue el punto de partida para los creadores de Robots. Así, Rodney Copperbottom (doblado al español por Aleks Syntek) decide partir a Robot City para convertirse en alguien y demostrar su capacidad innovadora, teniendo como mentor a Gran Soldador (Rogelio Guerra, en la voz). Generar un mundo totalmente metálico, multinivel, perfectamente pulido, y adentrarse en él, es todo un espectáculo a los ojos.
Así, Rodney llega a una especie de "Gran manzana”, seguido por los Rusties (personajes callejeros) para darse cuenta que los ideales se han perdido, que el villano Ratchet, líder de las industrias Bigweld (un robot de última generación) pretende dejar de producir refacciones para toda la prole, a la vez que desea vender sus actualizaciones y que todo mundo las adquiera. Mientras a uno se le cae la cabeza, las manos, el trasero, hay otros robots que se desarman por completo. A Rodney, que casi no le gusta ayudar y tiene herramienta para hacerlo, pronto la masa férrea encontrará en él al líder para encabezar la revolución en contra de las renovaciones. “Me cayó como anillo al dedo –asegura Aleks Syntek. Es muy parecido a la vida del compositor que le cierran la puerta en las narices”, dijo durante las actividades de prensa de la cinta.
Nada de lo que se ve en Robots se le puede comparar. Acostumbrados a películas con ambientes futuristas (me vienen a la mente los androides Kubrickianos en Blade Runner, hasta Will Smith en el Chicago de 2035 en I, Robot, o al gobernator Schwarzenegger en Terminator 3, cuyas máquinas se “rebelan”), donde cada vez más la tecnología se convierte en parte importante de la vida, Robots es la vida en sí, pero no en el sentido caótico como estamos acostumbrada a verla: aquí los personajes sienten, crecen, se desarrollan, se reproducen (a los hijos hay que armarlos), sueñan, se enamoran (los aditamentos de una aspiradora procrean una familia con ésta). Es el mundo con sus defectos pero traducido en una plataforma tridimensional deslumbrante, con la misma idea de sobresalir por encima de los demás (“¿por qué ser tú cuando puedes ser nuevo?”, promulga el slogan de Bigweld). Para quienes disfrutan del cine animado, Robots seguro se convertirá en una cinta de su predilección.
Y para la versión en español, se cuenta con un equipo de actores de doblaje único: Aleks Syntek (Rodney), Bárbara Mori (Cappy), Sandra Echeverría (Piper, la de la sensacional greña de regadera) y Rubén Cerda (Manivela) entre otros. En la radio ya suena Un héroe real, composición confiada desde los estudios de Fox en Estados Unidos a Syntek que llegará junto con su doblaje a todas las naciones hispanoparlantes (excepto España).
“Hay en día hay dibujos animados agresivos, medio pasadones. En Robots no es necesario decir malas palabras para llamar la atención, pues el arma más fuerte es la fe en tiempos de violencia; un mensaje de que al final las cosas van a salir bien y que los buenos van a ganar”, añade Syntek.


Apreciar el gran trabajo de animación y detalle de la cinta, va más de allá de verla una vez... © 20th Century Fox Film
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Veredicto: Con una agresiva campaña de promoción, que incluye el número más grande de copias jamás distribuido para un estreno: 600 (sólo La Pasión de Cristo y El Día después de mañana se acercaron a esta cifra) Robots demostrará su efectividad narrativa y visual, posicionando el trabajo de sus creadores como dignos competidores en el campo de la animación actual (sin duda con Pixar a la cabeza, seguida de Dreamworks) y que para mayor disfrute podrá apreciarse en formato IMAX 3D, en cultisur (¡ni modo!)

Julia se llamaba


¿Se trata este de otro desatino en la entrega del Oscar? © Sony Pictures Classics

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Antes de continuar adelante en este blog con otras cintas, quiero sacarme la espina y comentar que en pleno Día de la familia (increíble hasta dónde llegan los medios de comunicación para inventarse cosas... o "alternativas" de compras), mi boleto de cine costó la mitad de precio (algo rescatable en el mentado día) para ver Being Julia, ninguneada película en la pasada entrega de los Oscares. Y la primera reacción que me provocó al terminar de disfrutarla fue: "¡le robaron la estatuilla a Annette Bening!"
Días antes de la glamorosa entrega, leí que es prácticamente imposible que los sopetecientos miembros de la Academia (5 mil 808, nada más) hayan visto todas las cintas nominadas antes de emitir su voto, lo que incide directamente en el número de nominaciones que cada una de ellas tiene para competir.
En el caso de Being Julia, del húngaro István Szabó, ésta llegó sólo con una nominación a la justa: la de la actriz en cuestión, como mejor actriz en rol principal. Lo paradójico es que días antes la prensa foránea en Hollywood ya le había adjudicado el Globo de Oro por su papel. Sea o no verdad el peso de los votos, sea la maldición de volver a competir con Hilary Swank (en 99 lo hizo, cuando la primera se había lucido en American Beauty, mientras que la segunda se convirtió en Brandon Tina, en Boys don´t cry) o sea cualquier otra cosa para echarle la culpa, a mi me quedó la particular sensación de que ahora sí la esposa de Warren Beatty se lució, se entregó frente a la cámara y el escenario (la cinta está basada en la novela Theater, de W. Somerset) y su personaje tiene más aciertos que el de la pueblerina boxeadora...
La Julia del título es una exitosa actriz en el Londres de 1930, cuyo negocio está dirigido por Michael, su impávido esposo (Jeremy Irons). Toda una celebridad, de pronto conoce a un T-O-M (Shaun Evans) escuincle norteamericano, quien no sólo se declara fan suyo, sino que le avienta los perros en su primera oportunidad y logra envolver a la celebridad con su frescura y juventud. La mujer cae pero en cuanto aparece una fémina de carne más joven, aquel desplaza a Julia, desatando su furia... y aplicándosela sabiamente más tarde en el escenario, como sólo ella lo sabe hacer.


Tratada como toda una diva y celebridad bastante mayorcita, Julia no deja de lucir bella y sofisticada. © Sony Pictures Classics

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Quien haya tenido oportunidad de disfrutar Being Julia seguramente notará el desenvolvimiento de la actriz estelar, las múltiples facetas por las que pasa (enamorada-chiquilla-desencantada-enfadada) y esa magnífica secuencia con que termina, demostrando una fuerte presencia ante la cámara, y en el montaje (recordar que la mujer vive para el teatro, además de contar con un desaparecido manager que la aconseja todo el tiempo).
Insisto, creo que el rol de Annete Benning merecía un reconocimiento.
Si la Academia se fue con la finta de un perfecto dream team para el boxeo y las reglas de defensa en la vida, ésta pudo haber sido una total injusticia. La del 99 era otra circunstancia, pues hasta la transformación de una chamaca Swank era sorprendente. ¿Será este otro de los casos del "usted perdone", nos equivocamos de nombre? ¿O con tal de quedar bien esa noche la Academia ninguneó a bastantes y quiso quedar bien con el trabajo de Clint Eastwood?
Ojalá llegue mejor día para esta genial actriz. P´al caso, siempre hay la posibilidad de un Oscar honorario.

lunes, marzo 07, 2005

Tirotear, decepcionar, refritear


¡Como no! Mucha falta que nos hacía una cinta con balaceras así. © Decine

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Apenas el viernes pasado, a sabiendas del estreno de Ver, oir y callar, una ópera prima mexicana más que se avienta con todo a la cartelera comercial, involuntariamente escuché el comentario de uno de los "mejores" críticos de la televisora del Ajusco, mientras argumentaba que cintas como ésta marcan la diferencia en cuanto a temáticas se refieren y es por ello que cobra valor: se logra algo "nuevo", diferente (insisto en el adjetivo).
Y sí, en los primeros minutos de la propuesta de Alberto Bravo (de 29 años, egresado de AMCI), queda claro que veremos a un Mauricio Ochmann de rostro infantil aún, convertido en todo un delincuente experto en abrir bóvedas, diciéndole "quítense que a´i les voy" a las mejores ratas a nivel mundial (desde el agente Ethan Hunt* pendiendo de un cable en Mission Impossible hasta cualesquiera de los Ocean´s twelve, pasando, incluso, por los bobalicones ladrones woodyallenescos de Small Time Crooks o p´al caso, de los ineptos Ladykillers producto de la imaginería Coenesca).
¿Para qué gastar tiempo en planear un robo cuando la mejor entrada y salida es por la puerta grande? ¡Ese es México! ¡Ese es Luis Felipe Tovar enfundado de nuevo en agente judicial corrupto! ¡Viva la originalidad de los tiroteos en plena Plaza Coapa a plena luz del día! ¡Nada mejor que una balacera con todo y RAM Charger volando después de un magnífico choque! Tres millones de dólares invertidos en una cinta que sí, habla de corrupción, de judiciales malditos, despiadados, vengativos... de políticos aspirantes a mayor poder coludidos con la mafia... a medias tintas, sin querer convertir el resultado en una denuncia (respuesta típica del director que asegura contribuir con su simple punto de vista) pero sobre todo, quiere copiar las balaceras y las bandas de buenos /malos como lo hacen los gringos. ¡Claro! ¿Por qué no? Con esa facha, lo aseguró el nóvel director en una entrevista concedida a El Universal.
Todo inicia cuando Montero (Luis Felipe Tovar, que carga con casi todo el peso del asunto) agarra in fraganti a Danilo (Ochmann) en Coapa, de donde sale corriendo despavorido hasta un rumbo inhóspito (que seguro es allende Iztapalapa). A las pocas horas no lo captura, pues necesita que le haga un favorcito relativo al flashback inicial de la película, relativo con un malora diputeibol aspirante a senador, que agarró in fraganti a Montero, dos años atrás. En plena era de videoescándalo, pues. Nada más "in".
En el inter, la obligada sub trama de enamoramiento, pasión, traición y... ¿qué más podría ser nuevo? ¿Los saltos de continuidad? (de Coapa a Iztacalco o donde-quiera-que-sea; el "te vi el otro-mismo día" entre Danilo y el personaje que interpreta Paola Núñez). ¿De verdad hace falta seguir tropicalizando fórmulas que son más exitosas en otros lados, menos aquí? Juzgue usted.

Veredicto: a pesar de las 200 copias con que fue lanzada al matadero (y esta vez no me refiero a los videoclubes), si usted apreciable lector decide pagar por Ver, oir y callar:
1). Seguro ya no alcanzó boleto para cualquier otra película, sea Voces del más allá (si es que deveras quería un par de sustos) o escuchar las recomendaciones de Will Smhitch
2). Aprovechó que este domingo 6 de marzo todas las cadenas exhibidoras ofrecieron precio de miércoles tras la fabulosa invención del Día de la familia. (¡Viva!)
3). No pudo ver 7 mujeres, un homosexual y Carlos, pero le dijeron que Mauricio Ochmann sería la siguiente revelación del cine mexicano.
4). Disfrutó ver (o que le contaran) de aquel Audi volando en pleno Estadio Azteca, en la ostentosa secuencia de Matando Cabos. Aquí namás chocan una vieja RAM (con todo y villano de origen alemán dentro) ¡pero se ve rete pro cómo se estampa en otra nave!
5.). Se perdió el último capítulo de Los Sánchez pero desea ver a Luis Felipe Tovar en traje, sin su playera del Cruz Azul.
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* Luigi, gracias por descubrir la errata en el apellido