Cinexcusas - Reseñas, premieres y lo que se acumule!

sábado, agosto 27, 2005

La caida o cuando Hitler mordió el polvo

Bruno Ganz, espléndido y realista, en la encarnación de Hitler durante sus últimos minutos de sueño imperialista © Degeto Film
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Tres años antes de la debacle nazi, un séquito de mujeres se dan cita en el bunker conocido como "la guarida del lobo", en la Prusia Oriental. Traudl Junge (la rumana Alexandra Maria Lara), una guapa chica originaria de Munich, es escogida por el mismísimo Adolf Hitler (Bruno Ganz) para desempeñar su rol como secretaria personal.
Es a través de los ojos del director Oliver Hirschbiegel, basándose en un par de obras literarias que llega a nuestra cartelera La Caida (Downfall), que recrea los últimos días en la vida de Hitler y por tanto, del azote alemán por toda Europa por allá de 1945.

2 precisiones sobre la película 2
La caída no es una cinta más sobre el holocausto ni el horror que vivieron los judíos -cosa que se agradece-. Luego entonces ¿por qué compararse con cintas que sí abordaron la temática (léase El pianista -Polanski, 02-) desde el poster?
En segundo lugar: por favor no se vaya con la finta, tal como pregonan algunas reseñas por ahí, de que esta película ofrece una narrativa desde el punto de vista de la secretaria de Hitler... Si bien es cierto que está basada en dos libros: Inside Hitler`s Bunker, de Joachim Fest y Until the Final Hour, de Traudl Junge y Melissa Müller, no se trata de un documental ni mucho menos, por más que el mero final nos tenga reservada una sorpresa. Se trata de una representación artística - a fin de cuentas, ficción- encabezada por el director Oliver Hirschbiegel y nada más.


Más ficción que documental, apegada a la obra literaria de Traudl Junge, secretaria personal del Fuhrer. © Degeto Film
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Toda la acción de La caída se concentra en el bunker, por lo que se puede sentir la cerrazón de los personajes y hasta el miedo que sienten, cuando poco a poco la historia se va encargando de destruir la plaga nazi y de hacer morder a las tropas de Hitler, quien necio y desorbitado, aún cree en la posibilidad de ganarle a los rusos... con las consecuencias que todos conocemos.
El valor de la cinta ocurre en el retrato -o interpretación, por muy que se encuentre adaptada literariamente- del pasaje tétrico que fue y vivió Hitler, momentos antes de renunciar a la vida misma, a la fidelidad de todo su pueblo y a la ideología con la que promulgó. Su suicidio es, por tanto, no una escena cumbre, pues antes se encontró rodeado del temor de sus generales, amigos y familiares, quienes frente al derrumbe de su sueño imperial, proceden, uno a uno, contra sí mismos en varios momentos de aguda crisis que el
espectador no olvidará (ojo a la escena donde una Magda Goebbels ofrece la pócima anti enfermedades a sus hijos).
Cabe destacar que el personaje de Hitler está bastante bien logrado por Ganz, tanto en sus ademanes, como en la ira y la temblorina de la mano a la hora de dar órdenes. A él, se suma un estupendo y macabro Ulrich Matthes en el rol de Joseph Goebbels, ministro propagandístico del Fuhrer (esos ojos tan sumidos en su cráneo y mirada de maldito, son dignos de odiarse). Esta cinta compitió en la pasada entrega de los premios Oscar, en la categoría de mejor película extranjera, por lo que llega a México con bastante retraso pero no la exime de apreciarse en cartelera.
Por lo demás, se encuentra aderezada por ese atisbo de juventud y esperanza cursilón que recae en uno de los personajes centrales -la secretaria- y un chamaco guerrillero nazi que iba-pasando-por-ahí... y que justo al final, a manera de epílogo, parece desentonar con la narrativa empleada para contar La caída. Por tanto, no abandone la sala apenas se apaguen las luces, espere a ver el inicio de los créditos.

viernes, agosto 19, 2005

Imaginum: hacen realidad lo impensable

Ahora un solo alienígena en forma de moco, pretende conquistar la Tierra © Anima Estudios
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Producir una película (mexicana) cada 16 meses y en el inter sostener la nómina de toda una compañía productora, es todo un milagro en nuestro país. Más aún cuando el resultado debe ser un largometraje de animación, de muñequitos pues. Sorteando toda clase de dificultades así ha funcionado Ánima Estudios, que hoy pone en salas y a juicio del respetable Imaginum, su segundo largometraje, el octavo de su género en la historia de nuestro cine.
Lejos, mucho, muchísimo de contar siquiera con un software endémico para hacer su chamba tal cual lo hacen los majos studios (me viene a la cabeza el Renderman de Pixar), Ánima echa mano desde Flash hasta el popular Photoshop, pasando por 3D Studio Max (para las secuencias ídem) con tal de hacer su luchita. A fin de cuentas, los fierros en plataforma Intel poco importan cuando lo que interesa, en inicio, es la historia. Y en ella, los créditos incluyen al mismísimo Carlos Carrera como asesor creativo.
A pocos minutos de iniciar la cinta, el espectador deduce hacia dónde irá, más aún luego del verano donde todos nos expusimos a alienígenas que, nuevamente, trataron de apoderarse de este planeta (alguien al día de hoy no ha visto La guerra de los mundos?) Yxxxxx (actuado en voz por Eugenio Derbez, faltaba más), un minúsculo y verdoso moco recluido en un manicomio espacial, logra escapar y para convertirse en todopoderoso escoje a la Tierra por su alto nivel de Imaginum (evitaré contar en qué caramba consiste este nuevo ¿elemento? para no aguar la minúscula sorpresa) que le permitirá lograr sus ambiciosos planes.
Para mayor impacto, los marcianos arriban a una ciudad tan verde y tan azul que para nada es la nuestra (chance ni siquiera nuestro país, de no ser porque la gente habla español) aún cuando a cuadro los terrícolas tienen Pan Bimbo en su mesa del desayuno y los ufólogos pródigos Jaime Maussan y Pedro Ferriz, también tienen sus cameos. A esto, hay que agregarlo un par de chistesitos menores donde incluso los alienígenas se meten con la política local (para más referente, los videoescándalos).

La elección de Eugenio Derbez como la voz principal puede ser un motor de empuje para Imaginum. © Cinexcusas Press Photo
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¿A qué aspira Imaginum y más aún la casa que la produjo? A convertirse en un nuevo semillero de gente que reviva la espinita por crear cine de animación 100 por ciento mexicano. Y es aplaudible que sigan dando de qué hablar, aunque la taquilla reflejará la aceptación o rechazo de aquellos a quienes se pretenden llegar.
¿Acaso aspira a una teleserie con todo y sus personajes? Aunque Fernando de Fuentes, el productor, diga que que chance sí, que ojalá una secuela en función del éxito, habrá que ver. ¿Podrán comercializarse los peluchitos provenientes de los caracteres? No sería una sorpresa encontrarlos colgados junto a las tarjetas y revistas en Sanborns. Sin embargo, creo que para que Imaginum y toda su imaginería (valga la redundancia) prosperen más allá de los cines, el loving y merchandising que debió haber hecho con el público llega tarde. Para ejemplo tenemos a Huevocartoon, que se volvió popular por sus fábulas publicadas en internet, comercializadas a pesar de la piratería y que una vez posicionados, en 2006, veremos su primer largometraje basado en los simpáticos huevitos.
Parte del probable éxito y funcionamiento de Imaginum (sin decir que la aventarán al ruedo con apenas 175 humildes copias) se debe a la elección de la voz principal, a manos del comediante Eugenio Derbez. Probadísimo y casi referente obligado en grandes trancazos recientes de animación (léase Shrek), Derbez no sólo imprime su sello personal, sino que por tratarse de una cinta mexicana, debió actuar enteramente su papel de moco y los animadores adaptar los dibujos a sus diálogos, y no al revés, como ocurre cuando una producción gringa llega para ser doblada. Se le une el ahora larguirucho Giovanni Florido en la voz secundaria (de Dante, el morro-héroe de la trama), a quien dejamos de ver prácticamente desde Zurdo (Salcés, 03).
Con un costo de 17 millones de pesos (más cinco y medio de copias y promoción), Imaginum y la compañía que la produjo serán un negocio si logran la meta de recuperación tal cual los esquemas gringos: 40% de retorno en taquilla, 30% en video y DVD y el resto, en tarea de internacionalizacion. ¿Qué tan posible será? En Cinexcusas estaremos al pendiente. Mientras tanto, mucha suerte y felicidades por re-emprender el gusanito de la animación, aunque he de confesar que la historia, francamente no me encantó...