Cinexcusas - Reseñas, premieres y lo que se acumule!

domingo, abril 16, 2006

Como tu hermano mayor

Nada más frustrante que la barrera de "sólo amigos". © Just Friends Productions Inc.
____________________


Después de mucho repatear en la cabeza algunas ideas de valor en torno a Sólo amigos (Just Friends), cinta que se estrenó en estos días santos, creo que por fin encontré el valor muy pero muy en el fondo de la trama.
He de confesar que, de inicio, no esperaba absolutamente nada. Llegué muy bien acompañado a la función, con una bola de prejuicios en torno a lo que temía ver. La tarugada de película convirtió el momento (o el "horror") en un ejercicio de introspección de lo más placentero. Mi nueva alegría de escribir y de compartir las reseñas en este espacio, ocurrieron casualmente (¿o causalmente? aún no lo descubro) a partir de haber ido a esta premiere con una ex-ex-ex-conocida de mis tiempos en secundaria (¡hace exactamente la mitad de mi vida!).
A diferencia de Aída, mi compañera de esa noche, me la pasé refunfuñando y ocasionalmente soltando una risita con ciertos momentos chistositos auto proyectantes de esa churrera ficción. (Nota del editor: ¡gracias por haber hecho significativa la tarde y por retornar a mi vida!)

Haciendo a un lado el momento de los violines, que levante la mano quien no se ha quedado en esa móndriga barrera que supera el término "mejor amigo" por "novio". Para recordar lo frustrante que es y peor aún, en esa etapa adolescente de la vida donde las mujeres dejan de ser francos extraterrestres y hasta se les toma cariñito, he aquí una cinta churr
era, dirigida por Roger "Cruel Intentions" Krumble.
En pleno guateque de graduación de su high school, Chris Brander (Ryan Reynolds, ex pupilo de Blade en la trilogía Trinity), un regordete chamaco enfundado en traje con sobrepeso de 40 kilos, está decidido a confesarle su amor a la no-mala-asediada-por-todos Jamie Palamino (Amy Smart, recordable por The Butterfly Effect), quien para colmo, ha sido no sólo su confidente, sino mejor amiga de toda la vida. ¡Tómela! No sólo es inconcebiblemente bateado, sino expuesto de manera humillante ante casi todo el colegio por sus "insulsas" intenciones. Repito: ¿a quién no le ha pasado?
La vida y el tiempo se convierten en los mejores vengadores, así que una década más tarde, cuando Chris no sólo ha bajado de talla sino que se ha convertido en todo un galán prominente de la industria discográfica, una piedra en su camino (una seudo cantautora a su cargo) lo llevará de regreso a New Jersey para, adivine usted qué... reencontrarse con su viejo e idílico amor. ¿Parece gratuito el reencuentro? ¡Aquí las artimañas del director para llenar dos horas de película!
Llega a mi mente aquella viva imagen de uno de mis mejores excompañeros de trabajo (siento por usar la experiencia, mi querido Chava Mann), hombros caídos por su más reciente bateo, donde aclaraba que lo habían catalogado no sólo como "mejor amigo", sino como "hermano mayor". ¡Strike! Vaya, la frustración y coraje que se siente cuando ese alguien especial, esa chica next-door decide bloquear sus sentimientos (sea en defensa propia, porque de plano sus ojos ya son cubiertos por alguien más o simplemente por miedo a perder la amistad) y continuar sin mayor compromiso, a muchos nos ha llevado a la desolación.
Y en Sólo amigos hay buena parte de ello, pero claro está, para aderezarla y hacerla más chistosita no podía faltar un obligado clip musical (menos mal que lo dejaron al final) que más bien parece versión masculina del memorable solo de Bridget Jones (Maguire, 01), una trepidante secuencia donde se llevan entre las patas al protagonista en casa de y frente a su platónico (muy en el estilo de lo visto en Meet the Parents, Roach, 00), todo envuelto en la magia propia de la cercanía con la Navidad (la nieve y las temperaturas de menos 50 grados Celsius son reales, pero no en NJ, sino en Saskatchewan).
Se me ocurre en este momento que para hacer un argumento más perverso, para la próxima alguien podría ofrecer el otro punto de vista: el del maldito (a) que juega con los sentimientos del otro y se la pasa toreando gente, lo mismo dándoles entrada que bateando cualquier intento de relación. ¿Funcionaría?
Bla, no me hagan mucho caso. Mi mente está ocupada por ahora tratando de encontrar la explicación científico-positiva que orilla a los reencuentros. Y de paso en saber si el tiempo es un paliativo para los errores del pasado. Diviértanse más que yo si deciden ver la cinta.