Cinexcusas - Reseñas, premieres y lo que se acumule!

miércoles, septiembre 21, 2005

De tantas puchizas... ¡Cicatrices!

Niños, lleven a sus papás al cine p´a que se vean reflejados con tanta moquetiza que corre por la pantalla... © Armageddon producciones
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Hoy más que nunca, creo que cuando los humanos no damos ni vamos más allá de nuestras capacidades, solemos recurrir y encomendarnos a fuerzas extraterrestiales, todopoderosas que, en la mayoría de los casos ni nos consta que existen pero son fuertemente empujadas por las doctrinas que se nos inyectan desde morros, manifestándose en iglesias y tantos credos existan como partidos políticos (con igual carga de desprestigio, p´al caso).
Sírvase este rollo como preludio al siguiente trabajo del cineasta mexicano
Paco del Toro, quien, convencido de hacer cintas familiares, constructivas, ofrece con Cicatrices, cinta que se estrenó el pasado fin de semana, una peculiar manera de atajar el enorme -e invisible- problema de la violencia intrafamiliar en nuestra sociedad.
Ahí tienen a Julián (
Rodrigo Abed), cuya manera de comunicarse con Clara (Nora Salinas), la "gata", mal vestida y piojosa de su mujer, es a chiflidos. Lo único que parece unirlos es su vástago de tres años, mientras las fuerzas que se encargan encarecidamente de proponer su separación están en las cuñadas de él y la odiosísima suegra de ella: de esas ñoras gordas que desean meter cuchara en la educación del chamaco y hasta en la manera de servir la mesa...
La gota que ha de derramar el vaso ocurre en la aparición de una tercera en discordia, amante de este arrogante empresario, lo que desatará una edición vertiginosa para narrar el inicio del fin, con el proceso del divorcio, de la potestad del chamaco, de la repartición de bienes, de las manipulaciones y de los abusos. Todo ello, previo a una serie de patizas dignas de recordar entre Julián y Clara, que hasta los mismísimos Sra. y Sr. Smtih hubieran deseado.
Hasta aquí la cosa parece ir bien. Pero es entonces cuando
del Toro recurre a su manera de resolver el dilema y, a mi modo de ver, la cinta peca de lo que precisamente era su absolución. Uno y otro personaje terciario en la trama aparecen soplándose sermones sobre la creación divina del matrimonio: que si Dios lo creó para hacer felices a los hombres, que si una vez unidos jamás podrá disolverse el vínculo, que si la Biblia sirve para enderezar la vida, que no se puede renunciar al amor y sí conseguir el perdón, bla, bla, bla...
Cicatrices
se vuelve el mejor ejemplo de una cinta moralista, en extremo conservadora. Y ni hablar, así la pensó su director, así dice funcionarle el show y así se exhibe en cartelera (para seguro regocijo de los funcionarios que autorizan el changarro desde la Secretaría de Gobernación).
¿Cuáles son entonces sus virtudes? El arrojo de figuras salidas de la televisión (el propio Abed pide que se les reconozca como actores, capaces de desenvolverse en cualquier medio audiovisual) que funciona a la perfección y otorgan credibilidad a la trama (Nora Salinas luce estupenda, aún cuando hasta la acusen de mojigata) así como el vaivén de situaciones cotidianas que provocarán la proyección del espectador (mucho ojo a la suegra y la cuñada que, por el otro lado, trae a su señor de bajada).
Y por si fuera poco, el mismo
del Toro arremete casi casi desde lo oscurito, antesala de los créditos de la cinta, contra la política y los derechos humanos de este país, ya de pasadita cuando a manera de epílogo presenta algunos datos sobre la violencia intrafamiliar y el abuso a las mujeres, especialmente en el caso de Ciudad Juárez.
¿Es
Cicatrices una cinta que acusa y perdona a la vez? ¿Es el perdón la mejor receta para la absolución de nuestros pecados? Paco del Toro dijo que su obra debe leerse en la individualidad y no hacer generalizaciones sobre las maneras de actuar frente a problemas como el que se presentan. 91 mil personas ya la vieron durante el fin de semana de su estreno. Ahora juzgue usted.

viernes, septiembre 09, 2005

Los rusos se ponen cyberpunk

Prepárense para el inicio de una inusual trilogía rusa. © Bazelevs LLC
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¿Qué carambas tiene de sorprendente la cinta Night Watch (Guardianes de la Noche) de la que gente como Quentin Tarantino y Danny Boyle han elogiado y que causó furor en el mundo en el 2004?
A simple vista el eterno tratamiento del bien y el mal, a través de las eternales luchas entre las fuerzas de la “luz” y la “oscuridad”, no es nada nuevo. Lo relevante del caso es que tenemos ahora la oportunidad de apreciar el primer capítulo de la que será una trilogía, del ruso Timur Bekmambetov, con estética cyberpunk, que decide abordar esta histórica confrontación, basada en los best sellers de Sergei Lukyanenko (que incluyen Day Watch y Dusk Watch). Brujas, mutantes y vampiros que se mueven en las noches (de ahí el título original de la cinta), que consumen sangre de cerdo (si aún está calientita, mejor) y que no mueren tan fácilmente, parecen ser novedades en esta producción oriental.
Sin embargo, de este lado del mundo, la influencia de los hermanos Wachowski (la trilogía Matrix), la herencia de Blade, el cazavampiros (que en la gloria de su trilogía fuera dirigido por el mexicano Guillermo del Toro) y hasta el churrazo post Matrix estelarizado también por Keanu Reeves (Constantine), hacen recordar un poco la estética posmoderna-gélido-nocturna que el director imprime en el Moscú de hoy.
Ello no deja de ser un logro, sobre todo en el intento por ofrecer una cinta de competencia mundial que reactive la economía local. Tan así fue que apenas estrenada fue un trancazo en taquilla (superando a estrellas como el mismo Spider Man), llegó a estar nominada al Oscar el año pasado en la categoría de mejor película extranjera y los estudios Fox le invirtieron en la tercera y última parte, que además será filmada en inglés (¿será que su estreno se postergó para no opacar el resto de la agenda mediática estadunidense?)
Así, espérese entonces la épica batalla de fuerzas donde un personaje central (un “gran señor”), de alto poderío, encarnará en nuestra época y romperá el delgado hilo que mantiene la paz en esta Tierra. Súmese una lograda ambientación, animales indefensos en apariencia pero mortales en envestidura (ojo a Olga, que no es para nada el búho de Harry Potter) efectos especiales que no le piden nada a las majors occidentales (para lo cual se reunió y contrató a 42 mini estudios locales, con tal de mantener la manufactura rusa), persecuciones, volteretas, luchas encarnizadas con acción congelada y a la vez tomas aceleradas que mantienen un ritmo durante toda la historia.
El eterno enfrentamiento entre el bien y el mal, pero en el Moscú de hoy. © Bazelevs LLC
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¿Cuál es entonces el mayor logro ante lo que parece un híbrido ruso salido de la imaginería hollywoodense? El hecho de aventarse con sus propios medios a una gran producción, sin un presupuestos pecaminosos como en el continente de al lado, para no sólo reactivar el interés local por las producciones caseras, sino para demostrar que conjuntando esfuerzos se puede hacer verdadera industria post-soviética.
¿Será capaz Guardianes de la Noche hacer que Tarkovsky se revuelque en su tumba? Pregúntele de nuevo a Danny Boyle o juzgue usted el resultado, en lo que llegan las dos restantes partes de esta trilogía. ¡Ah! Y ojo a los subtítulos “interactivos” que la distribuidora 20th Century Fox promete lanzar con este estreno.

domingo, septiembre 04, 2005

25 Foro Internacional. 9 orgasmos

Sexo explícito sin caer en pornografía barata. © Revolution Films
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Como si hiciera falta anunciar las grandes dosis de sublime erotismo que en la cinta británica 9 songs ocurre, su título en español fue doblado a 9 orgasmos. Y quizá estamos frente a la cinta de mayor intensidad, no sólo sexual sino romántica, de este 25 Foro Internacional de la Cineteca.

Quienes conocen algo sobre la filmografía del director Michael Winterbottom, seguramente recordarán que a inicios de este 2005 se estrenó tardíamente en nuestro país Code 46, cinta casi de culto que evocó la estética y personajes fríos-metalizados de Blade Runner (Scott, 82), a través de la relación entre unos estupendos Tim Robbins y Samantha Morton. Especializado entonces en situar a sus protagonistas en intensas relaciones, es como llega a 9 orgasmos donde la historia se basa en una pareja amante de los conciertos y de la música en vivo. La peculiaridad es que el británico Matt (Kieran O’Brien) entabla una relación con Lisa (Margo Stilley) quien se encuentra de pasada y deberá volver a su natal Estados Unidos.
Hilada en flashback por medio de la narración de Matt y con un elenco musical en el que destacan Black Rebel Motorcycle Club, Franz Ferdinand, The Dandy Warhols, Super Furry Animals y Michael Nyman, la cinta no deja nada encubierto: es una lluvia de actos sexuales en la cama, la cocina, antes del desayuno, con los ojos vendados, con ataduras, sin ellos (eso sí, con un correcto uso de condones), que, sin caer en el extremo de la pornografía e incluso el sadomasoquismo, hacen lucir la gran relación de pareja que sostienen los personajes.
Quienes deseen buscar una historia repleta de complicaciones, más allá de artilugios o espectaculares efectos en pantalla, deberán buscar otra opción. El sencillo y a la vez complejo argumento sobre el funcionamiento de una pareja de desconocidos que encaja a la perfección, aún de culturas y continentes diferentes, en una época donde el amor ya es –casi- una casualidad, potencia el trabajo de Winterbottom.
Y al final, la desolación contrastante con la multitud que abarrota la Brixton Academy en cada uno de sus conciertos. Sin saber mucho de la pareja (él es una especie de oceanógrafo; ella, trabaja y vive la vida loca) queda un sentimiento de vacío y añoranza en la relación ideal, que dura mientras la pasión los hace convivir juntos.

jueves, septiembre 01, 2005

Un cuarto de siglo en el Foro Internacional de la Cineteca

A sumergirse todo septiembre en este preludio de lo que será la Muestra Internacional de otoño, también de la Cineteca. © Cineteca Nacional
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Concebida por sus creadores como un espacio fílmico anual donde la diversidad de propuestas se alejan de los convencionalismos, sea por lo arriesgado de las producciones o temáticas o por el uso y exploración de nuevas tecnologías y formatos, el Foro Internacional de la Cineteca que inició el día de hoy, cumple su 25 aniversario cumpliendo este cometido.
Una selección de 15 largometrajes provenientes de 13 países diferentes, que si bien no han sido premiados pero han participado en los festivales más importantes del orbe, comprenden la antesala del que se ha consagrado como otro platillo fílmico del recinto coyoacanense (me refiero a la Muestra Internacional), y que ocurrirá apenas un mes después de su circuito, al cual se anexarán 8 complejos en el Distrito Federal y nueve plazas en el interior de la república. Para quienes hemos seguido de cerca la actividad de la Cineteca en este año, la programación resulta conocida, tras encontrar tres títulos que ya han sido vistos en ciclos precedentes. Hotel, cinta de la austriaca Jessica Hausner que abre el 25 Foro Internacional, ya fue proyectada en un ciclo dedicado a esta nación, y nos hará recordar la capacidad de la directora para jugar con los miedos internos del espectador, en una historia muy cercana a lo que ocurrió en Burkitsville, Maryland, cuando la Bruja de Blair hizo de las suyas,
Por México, las dos cintas que nos representan también han tenido su estreno en ocasiones anteriores. Historias del desencanto, ópera prima de Alejandro Valle vista durante Real Mix, explota las actuaciones de Fabiana Perzábal y Ximena Ayala en un producto cero comercial, más cercano al videoarte. Por su parte el documental de Alejandra Islas: Muxes, aunténticas, intrépidas y buscadoras del peligro, se inserta en una comunidad en Juchitán, Oaxaca, para exponer la suerte de un grupo de homosexuales. La cinta ya tuvo su premiere durante la 2a Muestra de Mujeres en el Cine y la T.V.
Por lo demás y para quienes han visto la publicidad del Foro cuyo slogan este año es "sumérgete", hay tres cintas programadas que tienen que ver con el agua, los mares como mundos acuáticos o como escape e incluso, redención. En Viaje hacia el mar, de Guillermo Casanova, queda una vez más de manifiesto la sencilla capacidad narrativa sudamericana, empleando historias comunes y personajes salidos del vox populi (este año, con Whisky y El Perro, ya comprobamos la capacidad de éxito del cine uruguayo-.argentino, sin grandes presupuestos ni presunciones).
La segunda es Caminando sobre el agua, del estadunidense radicado en Israel Eytan Fox, sobre un espía del servicio secreto israelí que busca a un antiguo oficial nazi. Y en El violinista que llegó del mar, el actor Charles Dance ahora convertido en director (otra ópera prima), demostrará su capacidad de dirigir a Judi Dench y a la "maestra" de Harry Potter, Maggie Smith en una triada amorosa con un superviviente desconocido.
Para los amantes de la nueva ola de cine de terror oriental, Los poseídos, de Kim Jee-Woon, seguro jugará con la capacidad del espectador de hilar una historia donde dos hermanas regresan al hogar materno luego de una tragedia familiar.
Un siguiente título que también llama la atención y habrá que leer conforme a la actual coyuntura entre México y Estados Unidos sobre la migración ilegal es Farmingville, documental de Carlos Sandoval y Catherine Tambini, basada en ataques a migrantes nuestros no en Texas ni California, sino en Nueva York.
Sin más, dispóngase unas tardes o fines de semana en dar una escapada a la Cineteca para apreciar diferentes propuestas temáticas y tecnológicas en este 25 Foro Internacional. En Cinexcusas daremos seguimiento a los títulos más sobresalientes de este platillo fílmico.