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domingo, septiembre 04, 2005

25 Foro Internacional. 9 orgasmos

Sexo explícito sin caer en pornografía barata. © Revolution Films
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Como si hiciera falta anunciar las grandes dosis de sublime erotismo que en la cinta británica 9 songs ocurre, su título en español fue doblado a 9 orgasmos. Y quizá estamos frente a la cinta de mayor intensidad, no sólo sexual sino romántica, de este 25 Foro Internacional de la Cineteca.

Quienes conocen algo sobre la filmografía del director Michael Winterbottom, seguramente recordarán que a inicios de este 2005 se estrenó tardíamente en nuestro país Code 46, cinta casi de culto que evocó la estética y personajes fríos-metalizados de Blade Runner (Scott, 82), a través de la relación entre unos estupendos Tim Robbins y Samantha Morton. Especializado entonces en situar a sus protagonistas en intensas relaciones, es como llega a 9 orgasmos donde la historia se basa en una pareja amante de los conciertos y de la música en vivo. La peculiaridad es que el británico Matt (Kieran O’Brien) entabla una relación con Lisa (Margo Stilley) quien se encuentra de pasada y deberá volver a su natal Estados Unidos.
Hilada en flashback por medio de la narración de Matt y con un elenco musical en el que destacan Black Rebel Motorcycle Club, Franz Ferdinand, The Dandy Warhols, Super Furry Animals y Michael Nyman, la cinta no deja nada encubierto: es una lluvia de actos sexuales en la cama, la cocina, antes del desayuno, con los ojos vendados, con ataduras, sin ellos (eso sí, con un correcto uso de condones), que, sin caer en el extremo de la pornografía e incluso el sadomasoquismo, hacen lucir la gran relación de pareja que sostienen los personajes.
Quienes deseen buscar una historia repleta de complicaciones, más allá de artilugios o espectaculares efectos en pantalla, deberán buscar otra opción. El sencillo y a la vez complejo argumento sobre el funcionamiento de una pareja de desconocidos que encaja a la perfección, aún de culturas y continentes diferentes, en una época donde el amor ya es –casi- una casualidad, potencia el trabajo de Winterbottom.
Y al final, la desolación contrastante con la multitud que abarrota la Brixton Academy en cada uno de sus conciertos. Sin saber mucho de la pareja (él es una especie de oceanógrafo; ella, trabaja y vive la vida loca) queda un sentimiento de vacío y añoranza en la relación ideal, que dura mientras la pasión los hace convivir juntos.