Parejas: habérsela ahorrado en mocudrama de TV
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Mi reseña y comentarios sobre Parejas llega una semana tarde (queridos lectores, me fui de vacaciones). Pero si tomamos en cuenta que la cinta de Enrique Arroyo tardó 10 años en concluirse y estrenarse, qué más da unos días más, unos menos... El punto es, si es que usted ya la vio... ¿a poco no parecían dos capítulos de serie televisiva dominguera o mocudramática? Hace 10 años, bastante pelo de sobra y algunos kilos menos, a Enrique Arroyo, egresado del CCC con experiencia en producción televisiva para Once TV, se le ocurrió reunir a un talento actoral para la que pretendía ser una cinta independiente, de esas que se llaman alternativas. Y ahí lo tienen arrejuntando a Mónica Dionne, Erika de la Llave, Victor Huggo Martin y a Rodrigo Murray, totalmente pre-Sexo Pudor y Lágrimas (Serrano, 99). Declarada la cinta al más puro estilo "Producciones por favorcito" de andar mendigando equipo y chamba a terceros de a grapa, el proyecto se detuvo por cuestiones de dinero. Y así hasta que un productor aventadazo como Fernando Sáenz de Miera (el mismísimo de Hora marcada y hasta Ventaneando y La Botana en algunos años) le entró con lana para terminarla. De tal modo que el último día de filmación se logró en 1999, cuando ya la cinta se había mosqueado por completo y hasta le habían comido el mandado...Originalmente pensada para un largometraje de tres episodios e igual número de historias, el presupuesto alcanzó sólo para dos... de 88 minutos de duración en total.

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Al director parece que le gustó mucho el cuadrilátero contra la violencia que a finales de 2004 vimos en Cero y van cuatro (Carrera, Gamboa, Sariñana, Serrano, 04). Lo digo porque en la historia de Luis Felipe Tovar, recién ascendido a un puestazo como ejecutivo en una agencia de publicidad, hay un pequeño encuentro con las personajas del primer capítulo (si se le puede llamar así). Casado con un cuero de mujer y teniendo a una secretaria tan buena como las que piden en los anuncios de periódicos, el fulano sospecha que su señora le pone el cuerno y... caray, el bastardo en este caso fue un desperdiciado Roberto Sosa. Y así, en un pleitazo digno de Lo que callamos las mujeres, el problema se "resuelve" y tan tan, el espectador desquitó su boleto.
Vuelvo a preguntar: ¿no hace falta como que más carnita a la película? ¿Algún indicio de que ambos episodios merecían el gasto de un largometraje para no quedar en estética de televisión? ¿Una tercera historia que terminara de amarrar los prácticamente nulos lazos tejidos entre las dos precedentes? Si usted aún no la ha visto, no se vaya con la finta por los cueros esbozados desde el poster (cuatro pares de piernas acostados en la misma cama): tan engañoso es como el contenido empacado. Y si de casualidad la vio anunciada en alguna marquesina, se debe a que apenas circula con 40 copias, menos las que se sustrajeron después de este fin de semana.
Finalmente, su creador se vale del acto de poner el cuerno justificando su existencia desde la Ilíada, a la vez que considera democrático, en una sociedad como la nuestra (donde casi no hay dilemas en torno a la unión homosexual ni a las píldoras del "día siguiente"), poder "arrinconar a tu mujer" y viceversa.
Así que si de paso usted sabe de críticas hacia las dobles morales con las que mucho se navega en este país (o conoce a alguien), evite el buche o una mala recomendación a su prójimo.
1 Comments:
excelente blog.
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nosotros hablamos de cine y mas...
Salu-2
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Jeleal, at 9:43 a.m.
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