Cinexcusas - Reseñas, premieres y lo que se acumule!

lunes, marzo 21, 2005

La Esperanza de Leopoldo Laborde


Qué bien guardadita se tenían la obra póstuma de Katy Jurado... © BuenaVista International
____________________

Entre los "cineastas heróicos", aquellos que se encajan en la categoría de cine independiente radical, recuerdo al maestro Jorge Ayala Blanco hablar sobre Leopoldo Laborde. Mejor aún, por él conocí un instante de Utopía 7 (1995) cinta de ciencia ficción hecha con tres pesos, incluidos los OVNIs sobrevolando el deefe... pendiendo de visibles cuerdas. Jamás estrenada. Premiada en Barcelona y el Festival de Ciencia Ficción de esta urbe.
Rechazado de todas las escuelas de cine, Laborde ha sido un autodidacta desde su juventud. Angeluz, su ópera prima, fue realizada hace ocho años, en coproducción con Televisa. Un año más tarde se presenta en la Muestra de Cine Mexicano en Guadalajara y Artecinema la estrena en 2001, con una versión reducida de 140 a solo 90 minutos, por decisión de su Hugo Stieglitz productor y actor.
"Con esa película ya no tengo nada que ver, no es mi versión", concluía el cineasta en declaraciones a Reforma, según recopila José Antonio Valdés en su libro Óperas primas del cine mexicano, 1988-2000, editado por la Cineteca Nacional.
Con estos cuantos datos es como llego, ansioso, a ver Un Secreto de Esperanza (2002), décimo segundo proyecto de Laborde, cuyo estreno comercial ocurrió gracias a la distribución de BuevaVista International.

1. A Laborde le sobran huevos, para echárselos al desayuno mañanero, es una de mis tempraneras conclusiones. La mamá de Jorge (Imanol), un puberto de secundaria, deposita tres huevos en su licuado mañanero, para que "no le falten energías" durante el día. La historia inicia en un largo flashback no apercibido en tanto atrapa la historia de escuincles, cuyo personaje principal teme a la leyenda urbana que gira en torno a una casona supuestamente abandonada en la colonia Roma.
2. Es un total valemadrista, rebelde y persistente. Con mucho miedo, Jorge brinca la barda de la casona para recoger el balón de futbol que se le acaba de "volar". Adentro aparece la Esperanza del título (Katy Jurado, en su obra póstuma; espléndida y terrorífica), quien no resulta ni bruja ni maldita. Venciendo sus temores, resulta hacerse su amigo y le vale madres brincar una y otra vez la barda para visitarla... es un irrespetuoso con causa, pues le habla de "tú" y no le importa que sea unas cuantas décadas mayor de edad que él, a la vez que es capaz de recetarle una neta hiriente a su maestra, tras haberlo tachado públicamente de ignorante (sin importarle la consecuente expulsación temporal) y es igualmente respondoncito con su madre, a quien le agarra en la movida y le escupe que ya no se chupa el dedo...
3. Tiene total fe en sí mismo y predica con ella. Es auténtico. Al final, es una de las grandes lecciones sí de la historia, también de la carrera de un cineasta como Laborde. En el que pareciera un homenaje en vida a la gran Katy Jurado (trabajo por el que recibiera el Mayahuel a la mejor actriz en la Muestra de cine mexicano de Guadalajara, en 2003, un año después de su muerte) es a la vez una severa crítica a los reflectores que iluminan en demasía a las estrellas y a los pesados círculos de "pendejos" en los que éstas se envuelven. La vida es para construirse y no dejarse influir por los demás, pues de lo contrario, pierde sentido.
4. Una cinta disfrutable, sin grandes pretensiones ni artilugios grandilocuentes. La historia de los niños engancha, es plenamente identificable. La conexión posterior en el mundo de los "adultos" promueve la reflexión y redondea la trama. Finalmente, un estreno comercial en nuestro país que le sucede dos años después al premio de la audiencia en el Sarasota Film Festival que se celebra en Florida.
5. Es hora de conocer lo que un director como Leopoldo Laborde puede ofrecer.