Cinexcusas - Reseñas, premieres y lo que se acumule!

lunes, febrero 21, 2005

En la vida se gana a madrazos


Cada uno de esta triada se encuentra nominado al Oscar en su respectiva categoría. Es Million Dollar Baby. © Warner Bros.
____________________

A un derroido gimnasio dirigido por dos boxeadores retirados llega Maggy Fitzgerald, (Hilary Swank) una pueblerina mesera, dispuesta a convertirse en el azote femenino de las cuerdas. Para Frankie Dunn (Clint Eastwood) dueño del lugar, la empresa no tiene el más mínimo interés y desecha cualquier oportunidad de convertirse en su manager. Pero al ojo de Eddie “Scrap-Iron” (Morgan Freeman), cuidador del mismo sitio, el coraje de la muchachilla es digno de reconocerse y de seguirle la pista.
Así empieza Million Dollar Baby (insoportablemente doblada al español como
Golpes del destino), la multipremiada cinta del propio Clint Eastwood quien compite como mejor película y director en la 77 entrega de los premios Oscar. Aunque pareciera no importar al inicio, la historia es narrada por cuenta “Scrap”, pugilista retirado en su pelea 109 donde Frankie lo llevó al límite de la resistencia humana, y tras saber su derrota, salió a jugarse la vida por el triunfo, perdiendo un ojo y la posibilidad de salir airoso.
Frankie es como el padre de Eddie. Tras exponerlo en el ring, lo adopta y es quien no solo trapea y cuida el changarro, sino que vive en él, y se convierte en parte de su protección. Lo mismo lo regaña por solapar a Maggie o le da dinero para que se compre nuevos calcetines. Son dos boxeadores cuyas vidas estuvieron unidas en las esquinas del ring y más allá del mismo. Y están por recobrar el ánimo y la gana de demostrar lo fregones que son, entrenando a una chica que suelta golpes como patadas de burro, capaces de knockear a sus rivales antes de la primera campanada.
Million Dollar Baby no podía tener mejor reparto ni sus personajes podrían combinar mejor entre sí. Es de mencionar que esta triada se encuentra nominada en sus respectivas categorías, para los próximos oscares (mejor actor, actor de soporte y actriz). Sabemos que Frankie tiene una hija en algún lugar. Que le escribe cada semana y sus cartas son regresadas íntegramente a su domicilio. Que día a día, en las dos últimas dos décadas, acude a misa y hasta se mofa de los sermones.
Y lo que Eastwood logra con esta historia bajo su dirección, es unir la vida de la pueblerina con la del manager, más allá de lo deportivo. Se transforma en el espacio para cubrir su vacío afectivo y a la vez, el de la sed de triunfo, en el cual vaciará su experiencia como estratega y, del mismo modo que lo hizo con Eddie, la echará a la lumbre a sabiendas que una vez más, puede no salir airoso. Al final, la culpa la tienen todos y cada uno.



Todo se lo deben al reparto... y a la virgencita de Guadalupe. © Warner Bros.
____________________

Hay un par de subtramas que parecieran minúsculas (la hija de Frankie, la madre y familia de Maggie y de paso, el chico retrasado que acude todos los días al gimnasio), pero que en la segunda mitad de la cinta regresan y se vuelven imperiosas de atender. Eastwood no deja cabos sin atar, del mismo modo como lo hiciera en Mystic River (2003) y para el momento en que se estrena esta cinta en nuestro país, parece de momento que incluye muchos temas recientemente vistos en pantalla (boxeadores, tetrapléjicos, eutanasia), sin dejar por ello de perder interés y esperar un knock out técnico hacia la resolución.
Si la relación Eastwood/Swank dentro y fuera del ring es de lo mejor en la cinta, esperen a ver el trato Eastwood/Freeman. A pesar de subirse al cuadrilátero y pelear con señoras malencaradas bravuconas y fornidas, la ganadora del Oscar por Boys don´t cry (Peirce, 99) luce guapísima, sin perder tantito su feminidad.

Veredicto: Million Dollar Baby se estrenó el pasado fin de semana y sólo queda en nuestro país una cinta más por verse (la menos popular, Sideways), para completar la terna de mejor película en la 77 entrega de los Oscares, el próximo domingo. No la tendrá nada fácil si es que la Academia se inclina por historias de personajes exitosos cuya vida íntima era un chiquero (la reciente muerte de Ray Charles pesa –dicen- en las apuestas por alzarse con la estatuilla dorada).
Como sea, Eastwood es franco con su historia y convence, aún cuando insisto, parecen haber muchas películas reunidas en una sola y justo ahora que las mujeres pasan por un gran momento deportivo en el escenario deportivo mundial.