Cinexcusas - Reseñas, premieres y lo que se acumule!

sábado, abril 22, 2006

¡Tsa huevo!

Así, viéndolos en vivo, ya están más huevones. ¿A poco no? © Cinexcusas Press Photo
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Mi primer contacto con los personajes de Huevocartoon.com fue a propósito de las risotadas que un par de ex compañeros de trabajo soltaban cuando, sin mucho que hacer en la oficina, se la pasaban descargando esas animaciones en Flash con las que se dieron a conocer.
Comunidad del Huevo S.A. de C.V., la empresa echada a andar por los hermanos Rodolfo y Gabriel Riva Palacio, orgullosos ex alumnos del Tec (lástima, del Campus Estado de México), pronto dio de qué hablar en aquel lejano 2002, donde el cortometraje animado "qué linda hueva" fue fugazmente pirateado y
esparcido por toda la red, empujando a los espectadores a conocer a esos simpáticos huevos, cocidos en alcohol hasta más no poder, aprovechando el albur que nos caracteriza.
Relata Juan Manuel Aurrecoechea en El episodio perdido. Historia del cine mexicano de animación, que las pérdidas mensuales de la empresa gracias a la piratería de sus contenidos, ascendío a 240 mil pesos al mes. Pues ni contra ese mal de la sociedad moderna, los personajes de Huevocartoon padecieron frio alguno y pronto sus yemas y claras se incrustaron en sendas promociones de Sabritas, Telcel y Scribe. Era de esperarse, la serie de peluchitos conmemorativos y demás chucherías propias del merchandising. Los hermanos Riva Palacio la han hecho en grande y el fenómeno es tal, que había de darse el brinco a la pantalla grande (ni siquiera la chica, aunque sí se llegaron a hacer algunos planes), anunciado con bombo y platillo desde el año pasado.
Así, con una de las apuestas más grandes de la historia, ayer se estrenó en nuestro país Una película de huevos, con nada más ni nada menos que 430 copias en circulación (200 de las cuales las echaron el pasado miércoles-del-naco-feliz). El furor por Huevocartoon seguramente hará pedazos cualquier pronóstico del box office en este fin de semana. No sólo por la alta exposición que la cinta tendrá, sino porque a diferencia de los esfuerzos recientes más cercanos por reactivar el cada vez más escaso-arriesgado-improductivo cine de animación made in Mexico (léanse Magos y Gigantes e Imaginum, de Anima Estudios), muchos de nosotros hemos sido, directa o indirectamente, "tocados" por la hueva de los huevos.
Espérese una cinta para toda la familia, pues el negocio debe abarcar al mayor público posible. Expóngase al albur que caracteriza a los personajes dentro del nacimiento de Toto, un huevo aspiracionalmente urgido a convertirse en pollo, raptado insensiblemente para encajuelarlo en un estuche de supermercado y buscado incansablemente por su gallina madre (ups! ¿así o más Nemo?). Nótese la combinación de drama y terror que representa para los huevos morir licuados en el desayuno de los chamacos, fritos en aceite hirviendo en una sartén o hasta tragado vivos en el estómago de los humanos.
La historia que bien pudo haberse llamado Huevos en fuga se conduce sencilla, parece compararse un poco con secuencias vertiginosas ya probadas de las majors (los huevos y un pedazo de tocino sorteando las llantas de los carros muy a la Toy Story), de pronto hasta descansa y ofrece un poco de aire (la aventura donde intervienen Tlacua y Che en las coladeras) y reanuda con algunos momentos musicales videoclipescos, eso sí, combinando sagazmente los huevo-trazos 2D con escenarios y ambientes mejor logrados, a partir de un tercer un eje de movimiento/espacio más.
Redondea la cinta el doblaje a cargo de Bruno Bichir, Angélica Vale y Carlos Espejel, además de la lograda supervisión musical a cargo de Lynn Fainchtein, donde se brinca del Son de la Negra hasta un fragmento del Speed of Sound, de Coldplay. Y para finalizar... ¡exacto! ¡Los bloopers! Vale la pena soplarse toooodos los créditos con el obligado extra, de repasar los orígenes de los chistes basados en huevos.
¿Será éste el respiro que necesita el género mexicano de animación? En lo que revisamos las arcas, disfrútese acompañado. Dos huevos son mejor que uno, es ley.

domingo, abril 16, 2006

Como tu hermano mayor

Nada más frustrante que la barrera de "sólo amigos". © Just Friends Productions Inc.
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Después de mucho repatear en la cabeza algunas ideas de valor en torno a Sólo amigos (Just Friends), cinta que se estrenó en estos días santos, creo que por fin encontré el valor muy pero muy en el fondo de la trama.
He de confesar que, de inicio, no esperaba absolutamente nada. Llegué muy bien acompañado a la función, con una bola de prejuicios en torno a lo que temía ver. La tarugada de película convirtió el momento (o el "horror") en un ejercicio de introspección de lo más placentero. Mi nueva alegría de escribir y de compartir las reseñas en este espacio, ocurrieron casualmente (¿o causalmente? aún no lo descubro) a partir de haber ido a esta premiere con una ex-ex-ex-conocida de mis tiempos en secundaria (¡hace exactamente la mitad de mi vida!).
A diferencia de Aída, mi compañera de esa noche, me la pasé refunfuñando y ocasionalmente soltando una risita con ciertos momentos chistositos auto proyectantes de esa churrera ficción. (Nota del editor: ¡gracias por haber hecho significativa la tarde y por retornar a mi vida!)

Haciendo a un lado el momento de los violines, que levante la mano quien no se ha quedado en esa móndriga barrera que supera el término "mejor amigo" por "novio". Para recordar lo frustrante que es y peor aún, en esa etapa adolescente de la vida donde las mujeres dejan de ser francos extraterrestres y hasta se les toma cariñito, he aquí una cinta churr
era, dirigida por Roger "Cruel Intentions" Krumble.
En pleno guateque de graduación de su high school, Chris Brander (Ryan Reynolds, ex pupilo de Blade en la trilogía Trinity), un regordete chamaco enfundado en traje con sobrepeso de 40 kilos, está decidido a confesarle su amor a la no-mala-asediada-por-todos Jamie Palamino (Amy Smart, recordable por The Butterfly Effect), quien para colmo, ha sido no sólo su confidente, sino mejor amiga de toda la vida. ¡Tómela! No sólo es inconcebiblemente bateado, sino expuesto de manera humillante ante casi todo el colegio por sus "insulsas" intenciones. Repito: ¿a quién no le ha pasado?
La vida y el tiempo se convierten en los mejores vengadores, así que una década más tarde, cuando Chris no sólo ha bajado de talla sino que se ha convertido en todo un galán prominente de la industria discográfica, una piedra en su camino (una seudo cantautora a su cargo) lo llevará de regreso a New Jersey para, adivine usted qué... reencontrarse con su viejo e idílico amor. ¿Parece gratuito el reencuentro? ¡Aquí las artimañas del director para llenar dos horas de película!
Llega a mi mente aquella viva imagen de uno de mis mejores excompañeros de trabajo (siento por usar la experiencia, mi querido Chava Mann), hombros caídos por su más reciente bateo, donde aclaraba que lo habían catalogado no sólo como "mejor amigo", sino como "hermano mayor". ¡Strike! Vaya, la frustración y coraje que se siente cuando ese alguien especial, esa chica next-door decide bloquear sus sentimientos (sea en defensa propia, porque de plano sus ojos ya son cubiertos por alguien más o simplemente por miedo a perder la amistad) y continuar sin mayor compromiso, a muchos nos ha llevado a la desolación.
Y en Sólo amigos hay buena parte de ello, pero claro está, para aderezarla y hacerla más chistosita no podía faltar un obligado clip musical (menos mal que lo dejaron al final) que más bien parece versión masculina del memorable solo de Bridget Jones (Maguire, 01), una trepidante secuencia donde se llevan entre las patas al protagonista en casa de y frente a su platónico (muy en el estilo de lo visto en Meet the Parents, Roach, 00), todo envuelto en la magia propia de la cercanía con la Navidad (la nieve y las temperaturas de menos 50 grados Celsius son reales, pero no en NJ, sino en Saskatchewan).
Se me ocurre en este momento que para hacer un argumento más perverso, para la próxima alguien podría ofrecer el otro punto de vista: el del maldito (a) que juega con los sentimientos del otro y se la pasa toreando gente, lo mismo dándoles entrada que bateando cualquier intento de relación. ¿Funcionaría?
Bla, no me hagan mucho caso. Mi mente está ocupada por ahora tratando de encontrar la explicación científico-positiva que orilla a los reencuentros. Y de paso en saber si el tiempo es un paliativo para los errores del pasado. Diviértanse más que yo si deciden ver la cinta.

jueves, abril 13, 2006

Cinexcusas vs Cinexcusas ©

No quito el dedo del renglón. Los colados sí. © Cinexcusas Press Photo.
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Estimados lectores, comunidad cinéfila que ronda por este espacio.
Antes que nada, ofrezco una disculpa por mi abrupta salida. De este blog no esperen jamás un sitio sobre chismes de la farándula ni mucho menos sobre la vida del autor. Para ello hay miles más lo mismo exitosos que banales. Sé que no están para saberlo, probablemente ni debería hacerlo público, pero hace aproximadamente dos meses encaré el dilema de continuar publicando en este mini sitio que no tiene fines de lucro y por el contrario, trata de enriquecer los contenidos que sobre cine circulan en la red. Paralelo a mi nuevo trabajo (gracias, el desempleo en este país va de mal en peor) que ha requerido de emprender e invertir todas las ganas del mundo para salir adelante en Casa Naranja, empresa de la cual soy un orgullo socio, poco tiempo he tenido para continuar contribuyendo en contenidos. Mis charolas de prensa siguen activas, pero cada vez con menos tiempo para seguir ejerciendo. A pesar de los pesares, mi hoja dentro del interuniversitario Libertas, sigue constante, cada vez con más lágrimas y sudor para sacarla adelante. Hace un par de meses fui invitado, muy políticamente por Luis Tovar, a declinar el nombre de este blog, Cinexcusas, debido a que él había sido el creador original del nombre, del concepto, para una columna de cine, en conocido rotativo nacional. Argumentando que por escribir en ese diario, cuyos contenidos, todos, están amparados por Copyright y que su Cinexcusas había nacido hace ya seis años (siendo que este blog nació, como un proyecto académico, en octubre de 2004), no había manera de "compartir" el nombre, aún cuando éste, tuviera salida virtual. Si ya antes había generado tal desilusión en torno a los medios de comunicación y en cinexcusas.blogspot.com había encontrado la manera de hacerme valer, mediante mi propio espacio, esos correos vinieron a darle al traste con esta publicación. ¿Estaba por encarar, nuevamente, a un monstruo de disparadas dimensiones como para salir derrotado? Durante mucho tiempo le di vueltas al asunto, respondí, dejé pasar, decliné, continué. Al día de hoy, quien genere una búsqueda de este nombre en cualquier motor (Google, Yahoo!, el que gusten), los resultados arrojarán, contra todo pronóstico y pésele a quien le pese, este espacio.
La confianza de las distribuidoras con quienes tengo relación no ha cedido, todo lo contrario. Agradezco sus correos preguntando "¿qué pasa?". Hasta ahora contesto. Eso fue lo que sucedió a finales de enero de 2006 y hoy lo expongo aquí, por fin.
Y respondo hoy, a horas de una fecha importante para mi, de celebración, de gusto por la vida, de reconocer que no hay barreras ni limitantes para salir adelante. Respondo para decir que aquí sigo, que nada ha pasado y que aguantaré hasta el último momento. Quienes me conocen saben que declino en las peleas, más no en las batallas y menos cuando de ideas se trata. Recupero mi gusto y pasión por escribir. Se encuentra fortalecida al igual que muchos, muchísimos aspectos de mi vida.
Agradezco su confianza y reitero mi compromiso de continuar publicando. Hasta que el copyright me lo permita. ¡Y qué diablos! Como si no hubiera manera de seguir haciéndolo.
Salu2, felices vacaciones.