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viernes, mayo 04, 2007

Oscura torna la red; rubia es la discordia

Cuando más mejor iba la relación entre Mary Jane y el "Tigre", llega esta güerita
para meterle giribilla al asunto... © Columbia Pictures

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Spider-Man 3, la cinta con la que arrancan los esperados blockbusters de verano, ya está aquí. Disfrutarla con mis amigos en el primer minuto del 4 de mayo, día de su estreno mundial, en pantalla IMAX, no tuvo precio. Y, al igual que en los dos episodios anteriores, la emoción por ver los desfiguros que Sam Raimi haría de la historia, nos mantuvieron despiertos por más de dos horas y media apoltronados en el cine.
Como cada una de las cintas donde los efectos especiales se convierten en un protagonista más, cabe destacar que la pausa de tres años entre el segundo (2004) y tercer episodio logran madurar no sólo a los derroches tecnológicos (con un presupuesto superior al cuarto del billón de dólares no era para esperar menos), sino también a los actores y, por qué no, al director.
Apartando entonces mi lado puritano, el mismo que me hizo relinchar por los desvaríos de la trama, con respecto al cómic original, a estas alturas de la vida ya me valían fregaderas como que un tal Flint Marko (Thomas Haden Church) era en realidad el asesino del tío Ben... y que a la postre se convertiría en El Areneno. O mejor aún, la inclusión vaya-usted-a-saber-por-qué, de la peliteñida Bryce Dallas Howard en el rol de la súper ñoña Gwen Stacy, el único, verdadero y fallido amor de Peter Parker (cuando desde el inicio nos "hicieron" creer que nel, la chica next door fue Mary Jane Watson). Nótese el peso específico de las mujeres en la vida del fotoperiodista/superhéroe. ¿Acaso no hay un momento en la vida del hombre donde todo, absolutamente todo, se reduce a mujeres?
Si en la primera parte MJ no muere a manos de El Duende Verde (el único personaje constante, aunque sea en la memoria, durante las tres películas) en pleno puente de Brooklyn, como a Gwen le ocurrió, ¿qué se puede esperar de esta mescolanza de personajes/subtramas y largos etcéteras? Un alto grado de sorpresas. Y sí, muertes inesperadas.
En la segunda entrega a Parker le llovieron catorrazos y zapes de quien menos se lo esperaba y la vida parecía no componérsele, con la llegada de este ser simbiótico denominado Venom (ojo, muy al estilo del Terminator Schwarzeneggueriano) salido, literalmente, de la nada, imagine qué pasa a la hora de sacar su lado oscuro, el tan mentado plot point que venimos escuchando desde los primeros trailers de la cinta.
¡Agárrense viuditas! Puesto que Parker, en su alter ego de las mallas rojas-próximas a oscurecerse, se convierte en toda una celebridad cuya fama rebasa la marquesina donde Mary Jane empezaba a brillar en Broadway (¡tómela! a la peliroja también le toca morder el polvo, gacho) y para acabarla de amolar, deberá sacarse al mismísimo demonio de las entrañas. Rencor, venganza, humillación al enemigo. ¿Así o más tormento?
Peleas en el aire mejor logradas, más vertiginosas y completamente neoyorkinas; una dupla de súper villanos de quienes se agradece la caracterización (la mole de arena y granito capaz de cobrar vida, en mancuerna con la viscosa gelatina negra que es Venom, no tienen nombre), una embarradita de dilemas éticos en torno a la amistad, el amor de pareja, a la familia, el éxito a través de la popularidad, la necesidad de perdonar para salvar y ser salvado. La cinta con la que hasta ahora se conforma la trilogía de Spider-Man deber verse, sí, como el gran espectáculo que hace justicia a los fanáticos del arácnido, y que por muchos años esperamos verlo en pantalla.
Pero en el fondo (o más bien, cada vez más por encimita), sí también como una reflexión al fin de al cabo humana, gran diferenciador de las historietas de Marvel con respecto a cualquier otra en el mercado, en estos temas y que a cualquiera, humano mordido por arañas o picado por mosquitos, nos atañen. Ésta seguirá siendo la gran virtud de los personajes Marvelitas. Y mientras la estrella no encuentre su ocaso, ni los actores envejezcan como para no reconocerlos, seguro habrán más episodios cinematográficos en el futuro. Y muero de ganas por saber qué destrampe de guión fabricarán para la cuarta cinta.