Cinexcusas - Reseñas, premieres y lo que se acumule!

jueves, abril 07, 2005

Y tú, ¿qué tan heteroaburrido eres?


Como bien diría después el célebre Bob Crane: un día sin sexo es un día perdido... © 20th Century Fox Film
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Luego de estudiar decenas de miles avispas Gall (Cryphonectria Parasitica), Alfred Kinsey, biólogo doctorado en Harvard oriundo de una clase extrema conservadora, encontró que cada ejemplar es único. Para llegar a esa conclusión, le tomó muchos años de trabajo y defensa de un genuino interés científico. En 1938 sus estudiantes en la Universidad de Indiana le acudían buscando respuestas sobre mitos en torno a la sexualidad, mismas que no podría contestar pues nunca antes nadie había realizado una investigación sobre el comportamiento sexual del hombre. Esa inquietud, esos primeros estudios escandalosos y reveladores en la post guerra, se los debemos a él. Y al director Bill Condon la cinta Kinsey, sobre este menospreciado personaje de la historia.
¡Jesucristo regurgitado! Imagino así las más expresiones de recato que en torno al tema se pudieran echar al aire. Con el apoyo de la Fundación Rockefeller, Kinsey abrió las puertas del Instituto para la Investigación Sexual (hoy en día El Instituto Kinsey para la Investigación en Sexo, Género y Reproducción) en el campus de la Universidad de Indiana. Eran mediados de los cuarenta. Así, desarrolló un cuestionario y técnica de entrevistas peculiar, que tomaban en cuenta más de 200 tipos de conductas sexuales distintas en un cuestionario de 350 preguntas. Recopiló 18 mil historias por todo Estados Unidos. Además, desarrolló una -ahora célebre- escala de siete puntos para medir el grado de homosexualidad-heterosexualidad del individuo... para quienes aún dudan de su vulnerabilidad hacia el mismo sexo.
Y cuando una nueva bomba atómica estalló, en 1947, con la publicación del libro Sexual behavior in the human male, Kinsey se convirtió en el “Freud americano”, abriendo puertas para hablar abiertamente de sexualidad (¡por fin!) en ocho idiomas y con una venta de 25 mil ejemplares sólo el día que la publicación vio la luz. Todos estos pasajes, los podemos apreciar encarnados en Liam Neeson y apoyado por un reparto que incluye a Laura Linney y Chris O´Donell.
Sin ser autobiográfica, la cinta de Bill Condon (recordable por Gods and monsters, donde ya trataba una relación homosexual entre un viejo director de cine y su jardinero), se mete a la vida adulta de uno de los científicos más célebres del siglo XX, a quien mucho debemos para entender el comportamiento sexual que nos rige. Muy en el estilo de A Beautiful Mind (Howard, 01), el legado de Proko (Professor Kinsey, como le apodaban) debe, necesariamente, entenderse en otros capítulos: los de sus propias publicaciones. Y su película, aún al día de hoy, seguro levantará voces de protesta conservadoras, siendo que el disfrute sexual es un placer único en el humano. Y por tanto, debería ser más comprensible.

Según el estudio de Kinsey:

* 67 y el 98 por ciento de los hombres entrevistados habían tenido sexo antes de casarse.
* Dependiendo de la clase social, 50 por ciento de los maridos habían tenido relaciones extramaritales
* 92 por ciento de los hombres admitían haberse masturbado y
* 37 por ciento de los hombres americanos habían tenido cuando menos una experiencia homosexual.

Las cifras que “escandalizaron” en sus tiempos (1953) a la nación americana sobre el comportamiento sexual de la mujer, consideraban que:

* 62 por ciento de éstas reportaban haberse masturbado,
* Cerca de 50 por ciento habían tenido sexo pre-marital y
* 26 por ciento reconocían haber tenido relaciones extramaritales, además de otras revelaciones que causaron furor.