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jueves, abril 14, 2005

XLV Muestra. Redimirse de la paidofilia


Kevin Bacon sólido, lejos de sus más recientes personajes harto pretensiosos... © Lee Daniels Entertainment

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Reintegrarse a la sociedad tras 12 años de prisión condenado por pedofilia, no se antoja empresa tarea sencilla para Walter (Kevin Bacon) ni para cualquier otro humano sobre la faz de esta tierra. Artesano de la madera, consigue un trabajo por mero favor en un aserradero, no sin antes rentar un departamento frente a una escuela primaria, donde pueda acuciarse a gusto con su tórrido pasado.
Vigilado tarde, mañana y noche por la policía debe, además, acudir a una terapia. Sin embargo, la tentación de conocer a su sobrina, reencontrarse con la hermana que no consigue perdonarlo pero sobre todo, de reincidir en el acoso a infantes, convierte a The Woodsman (irremediablemente "traducida" como Acto sin perdón) en una cinta inquietante.
Hace un par de reseñas sobre esta XLV Muestra Internacional me referí al tema de la prostitución infantil y del acoso sexual al que millones de niños de todo el mundo están expuestos e indefensos, por las razones que sean. Me preguntaba abiertamente cuántos personajes más con o sin el poder económico de un Michael Jackson habitan por ahí, haciendo de las suyas impunemente, alejados de toda clase de reflectores para denunciarlos.
Pues lo que ofrece la directora Nicole Kassell, basándose en una obra teatral de Steven Fechter es precisamente eso: hablar de la pedofilia y el acoso sexual sin tapujos, empleando personajes con vidas y en lugares aparentemente comunes donde el crimen habita, sin más, a los ojos de todo mundo, pero selectivos, como es el caso, de un hombre que busca reintegrarse a la sociedad y que con pocas pistas, el espectador puede intuir el origen de su perversión en algunos actos familiares a los que fue obligado cuando niño.
Apenas iniciado su proceso de reintegración, donde incluso se aventura con una de las dos únicas mujeres que trabajan con él, es precisamente la sociedad quien lo vuelve a recriminar y marginar. ¿Puede un pedófilo volver a ser “normal”? –pregunta Walter a su sicólogo y la directora de esta cinta responde que sí.
Para añadir tensión a la historia, Walter (un magistral Bacon) experimenta constantemente recuerdos de su pasado, mientras se convierte en un nuevo guardián para la escuela que tiene frente a su habitación. Pronto, da cuenta de otro hombre que logra hacer caer a un indefenso niño, previo galanteo y recompensa con regalos. Silente pero amenazado constantemente por el sargento Lucas (Mos Def), quien le recuerda la escoria que es, Walter no sabe qué hacer, del mismo modo que se sumerge cada vez más en el dilema de continuar persiguiendo niñas o de regresar a la “normalidad”.
NIcole Kasell ofrece con The Woodsman una ópera prima sencilla (su trabajo anterior, el cortometraje The green hour, habla sobre el amor entre dos mujeres), bien contada y mejor estelarizada. Si en esta Muestra la constante temática ha sido la violencia, considérese un gran apartado la que se aplica a los niños. De lo mejor que puede verse en el programa.