Episodio III. El origen del fin, la vuelta al inicio

Dispónganse a presenciar el surgimiento de uno de los villanos más memorables del cine. © Lucasfilm Ltd.
____________________Sin ser siquiera fan de Star Wars, ofrezco mi particular punto de vista sobre el tan esperado Episodio III, La venganza de los Sith, capítulo que completa la saga y que apenas es el preludio a lo que George Lucas nos ofreció hace casi 30 años, en 1977, con el episodio que le sucede.
Una vez que la mancuerna entre Obi Wan-Kenobi (Ewan Mc Gregor) y Anakin Skywalker (Hayden Christenssen) ha logrado derrocar las fuerzas de los separatistas Conde Dooku y el General Grievous, el ministro Palpatine (Ian McDiarmid) se ha vuelto un tirano que desea exterminar a los Jedi y convertir a la República en un Imperio.
Visiblemente trastornado por la furia y enojo que apenas se esbozaron en el Episodio II, Anakin recibe de Padme (Natalie Portman) la noticia de su futura paternidad, pero le agobia no sólo el establecimiento de la paz, sino su estabilidad interior y la seguridad de su amada. Tras no ser designado Master Jedi ante el Consejo a la vez que en éste representa personalmente a Palpatine, Anakin se amuina lo suficiente para dejarse seducir por el lado oscuro de la fuerza y es entonces, cuando desata su ira, la que por tanto tiempo estuvimos esperando comprender...


Anakin posee dos grandes razones para dejarse seducir por el lado oscuro de la fuerza © Lucasfilm Ltd.

Es imposible aislar al Episodio III como una sola película teniendo tantos antecedentes, personajes y mundos que le dieron forma a esta historia. Pero haciendo un esfuerzo por encasillarla, me atrevo a decir que de los últimos (y, paradójicamente, tres primeros) episodios, la revancha de los Sith es la pieza mejor lograda en estos últimos seis años.
Se agradece que no hayan exagerados actos de lucimiento de algún personaje, que no se inserten ostentosas secuencias de persecuciones, carreritas espaciales o de cualquier otra índole e incluso, que no se vuelvan a aparecer personajes suficientemente estúpidos para provocar el chiste barato (en cambio, véanse aquí las habilidades de los droides legendarios como R2, para defenderse del enemigo).


¿Puede superar el joven padawan a su maestro Jedi? © Lucasfilm Ltd.

El director dejó el terreno lo más llano posible para que la sorpresa de la “conversión” al lado oscuro tuviera gran fuerza. Y si la pelea entre el master y su padawan no convence ni satisface a los seguidores, difícilmente habrá otro emblema que cargue con este peso. La transformación del malo en verdaderamente malo (y uno de los íconos cinematográficos más recurridos) se fundamenta en dos hechos que el lector debe reconocerlos.
Y mientras eso ocurre, la pelea donde Anakin apenas sobrevive cercenado, mutilado y chamuscado (¿qué onda con la recreación de un Niágara, pero de lava?) para luego renacer en una especie de cyborg remachado con extremidades mecánicas, era algo de lo más esperado y que exhibido, contestará muchas preguntas sobre su origen-fabricación. La orden “levántate Lord Vader” es casi bíblica.


El equipo estelar durante el primer día de filmación. La imaginería de George Lucas convierte lo aparentemente normal, en algo extraordinario. © Lucasfilm Ltd.

Completa o en partes, Star Wars no sólo es una historia que ha definido a una generación como la mia (que confiese quien nunca aspiró a tener su espada láser), se ha convertido en un referente histórico y un parteaguas en el cine que hoy en día vemos. El director se ha salido con la suya al terminar de contar con imágenes lo que su loca mente imaginó. Pero no sólo eso. Ha generado toda una industria alrededor para lograrlo, empleando progresivamente los últimos adelantos tecnológicos de la época (hoy el cine de alta definición es un ejemplo) y darse abasto propio: los efectos especiales a cargo de Industrial Light & Magic, la edición de sonido por Skywalker Sound).
Podré no ser ni convertirme a estas alturas en mínimo fan de su mejor empresa. Pero como visionario y arriesgado cineasta, George Lucas merece un gran respeto y admiración por configurar y llevar a buen término la saga que en estos momentos tiene al mundo entero en una expectación total. Y como tal, son de disfrutarse las más de dos horas del Episodio III.