¡Jesucristo regurgitado!

Mosquitas muertas. Hilary (Mandy Moore) se refugia en Jesucristo para justificar su vida y obra. ¿Crítica a la religión? ¿A la fe? Juzgue usted el resultado. Y de paso se divertirá. © Cortesía Videocine
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Es verano y en un condado de Baltimore, el periodo se vuelve la mejor oportunidad para entregarse a Jesucristo. Hilary Faye (la actriz-cantante Mandy Moore) no sólo es la típica escuincla envidia de todas: cuerpo perfecto, rostro maravilloso, predicadora por convicción, salvadora de los pecadores y hasta vocalista de la banda cristiana.
A su lado, Mary, (Jena Malone, la infanta Jodie Foster de Contact; Zemeckis, 97) segundona, inteligente, opacada por su mentora. Posee al novio perfecto. Hasta que éste le confiesa ser gay ¡inconcebible! Es entonces cuando se consuma la entrega: con tal de no dejar caer al galán, es capaz de entregársele sexualmente confiada que por el "favor", Jesús podría devolverle la virginidad, si no física, por lo menos la espiritual.
En el regreso a clases, el embarazo se confirma y se oculta. El ahora nuevo gay es recluido en la casa de la caridad, donde será "curado". Se organizan rezos para "liberarlo". Ronald, el hermano inválido de la teenage drama queen en cuestión (un mejor Macaulay Culkin atado a una silla de ruedas) demuestra su afinidad por Cassandra (Eva Amurri), la rebelde judía que reta la ideología comunitaria. ¡Salvados! (Saved!) es el título de esta fresca cinta que pone en ridículo el fanatismo religioso que aún impera en muchos rincones de la sociedad.
Con ella, el director alemán Brian Dannelly arroja una estupenda crítica, explotando a sus actores, combinando los típicos problemas del adolescente (afinidad y pertenencia a grupos, galanes, chicas; convertirse en protagonistas, enfrentar la cerrazón de los padres en temas como el sexo y rebelarse ante los demás) con secuencias orquestadas que embonan a risotadas (Hilary "exorcisando" a su amiga embarazada; el parapléjico Ronald "disfrazado" de patín, hasta la secuencia final, donde el propio Jesús es "decapitado" y cae ante su principal devota).
Por lo demás, sí, hay lugares comunes en la historia (el típico baile de fin de año donde las parejas se configuran a pesar de la adversidad; personajes oprimidos, patiños y qué decir del numerito musical obligado de Mandy Moore), pero se perdonan ante lo natural (y exagerado) que se mueven sus personajes, para caer en una parodia y autocuestionamiento sobre la pasión (por antonomasia, a Jesucristo), las creencias supraterrenales y los exagerados golpes de pecho de los que se abusan aquí y allá.

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Estreno en cartelera: 21 de enero, 2004.
Veredicto: Considérese como una sana opción a los bodrios que estrenarán el próximo fin de semana.