La workaholic y el maestrito

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La sorpresa que me llevé, fue toparme con la cinta más pulcra, menos escatológica y por tanto, más higiénica de los hermanos Farrelly, luego de que nos acostumbraron a todo tipo de diarreas, eyaculaciones y vómitos en sus cintas anteriores (cómo olvidar la ya clásica There´s something about Mary).
Para no variar, estamos frente a la cuasi imposible consumación del amor/entendimiento de dos personajes aparentemente opuestos: en esta esquina, Lindsay (la también productora de la cinta -como no!- Drew Barrymore) toda una calculadora humana con una súper chamba, envidia de sus amigas pero solterona en sus veinti-dieci-tantos años. En esta otra, Ben (Jimmy Fallon), el no menos tonto -como defendiera Montiel a sus vástagos- cuya chamba como profesor de geometría no lo hace palidecer ante tal figurón (y eso que Drew ya no es aquella regordeta güera), pero su aguzada pasión y sabiduría en torno a los Red Sox que ha desarrollado desde infante, se vuelve la crisis a la hora de compartir tiempos en pareja.
Así, la cinta transcurre del invierno totalmente romántico a la pretemporada primaveral, al verano volcado en los juegos de la temporada y de nuevo al invierno, donde la relación entre ambos "disímbolos" se prende, se enfría y se prolonga tanto-cuanto o más como los partidos de béisbol (y que a mi gusto, pueden ser a-bu-rri-dí-si-mos). Con chistes políticamente más correctos (sí, hay un vómito tempranero, pero no es nada explícito), los Farrelly apostaron a una relación más estrecha, íntima entre sus personajes, con todo y dilemas en torno a un embarazo imprevisto y el anhelo (de ella) de formar una familia... ¿se antoja trillado el cliché?
De tal modo que vemos a Lindsay echando el bofe en sus clases de spinning o la cámara nos introduce al cuarto de Ben, forrado por completo de chucherías alegóricas a su equipo de béisbol predilecto, inducido y heredado por el tío que murió de cáncer.
¿El resultado? Si bien la pareja posee carisma a cuadro, como que le hace falta cuajar un poco más. Y no tanto por ella, sino por Fallon, quien está lejos de la presencia que otros comediantes como Ben Stiller, Adam Sandler o hasta Jack Black sí tienen (claro que todos ellos son de una generación muuuy anterior a la de Jimmy "Taxi" Fallon, el fiasco del año pasado). Sin embargo, para las necesidades y chistes del papel, cubre apenas las expectativas tan altas que podrían demandárseles a unos genios de la comedia como los Farrelly.
De este modo, los seguidores de estos directores que para el 2007 ya tienen anunciado revivir a "Los tres chiflados" (The Three Stooges) en cine, juzgarán si con Amor en juego lograron llegar en safe a base o de plano se sacaron un strike.
1 Comments:
Yo también te caigo mal???!!!
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Ricardo Otero, at 3:20 p.m.
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