Misteriosa decepción


Mi primera experiencia en una sala Cinépolis VIP fue hoy. Miércoles de casi "2x1". No cabe duda hay unos más iguales que otros. Pagar 95 pesos por cuasi acostarme en un reposé no fue lo peor del asunto, sino la película en cuestión.
Junto con cuatro amigos vi Misteriosa obsesión (The forgotten. Ruben, 05), la película más taquillera del fin de semana pasado, según el box ofis. Pu sí, atrapa en un inicio la premisa de la madre (Julianne Moore, una peca más y sería pecado) que le "borran" la memoria para olvidar que tuvo alguna vez un hijo, y que lo perdió en un "accidente" aeronáutico. Pero el teatrito se viene abajo cuando se evidencia el "experimento" y la autoría que está detrás de ello. Quien por ahí vio el trailer, el orden de los acontecimientos es otros. Y chance haber visto esos escasos flashazos de la cinta habría vastado para evitar pagar un boleto y verla.
Valga la comparación, si a esas íbamos, Men in black (Sonnenfeld, 97) la supera. Por mucho.
El asunto aquí, ya que la película se prestó incluso para que me jeteara (hasta la primera explosión, que conste que se los advertí), es que nada se compara a un asiento de esos... con la comodidad de tener meseros (con todo y corbata), dispuestos a traerte de comer y beber (¿quién en su sano juicio, decide comer dentro del cine, a oscuras?), todo, por la módica cantidad de un incremento porcentual más, que en la misma dulcería de afuera, del mismo complejo.
He de rescatar que por 95 pesos que costó el boleto, sólo lidié con un par de radios Nextel sonando en la función. No cabe duda que la gente que paga esto es otra, ligeramente más respetuosa de la privacidad, pero definitivamente más puerca. A la salida casi caigo sorteando platos con crepas o sushi a medio alborotar.
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Para los verdaderamente fijados y amantes del product placement en las películas. Siendo ésta una cinta producida por los Revolution Studios, propiedad de Sony, mucho ojo a la televisión donde Julianne Moore quiere ver los videos del vástago perdido.